La lucha que se ha dado desde todos los sectores en la
construcción de un sistema nacional de transparencia ha rendido hasta ahora
buenos dividendos.
La promulgación
de la reforma constitucional y su publicación el pasado 7 de Febrero activaron
de inmediato los mecanismos para la integración del nuevo organismo federal
autónomo y la construcción de las leyes reglamentarias que como resultado de
dicha reforma se requieren para operar eficientemente.
Inmerso en este
proceso desde hace algunos años, encuentro un escenario con enormes áreas de
oportunidad que no podemos desaprovechar, pero también percibo momentos de
tensión por las decisiones que habrán de tomarse en los próximos días.
Lo he dicho en reiteradas
ocasiones y es parte de mi posición personal sobre el tema, la Construcción de un verdadero Sistema
Nacional de Transparencia requiere de enriquecernos de las visiones y
experiencias locales, los avances que en cada región se han tenido en la materia,
y así construir un órgano nacional cuya visión no se limite a lo federal, sino
que encuentre en la experiencia de diez años en cada rincón del país las
fortalezas institucionales que se requieren para cumplir con la expectativa
ciudadana.
El nuevo IFAI,
tiene a mi parecer como reto principal, con las facultades que le otorga hoy la
constitución federal, el de ser impulsor de una política pública integral en
los tres niveles de gobierno y para ello, aprovechar la experiencia acumulada
para profesionalizar y profesionalizarse. Se debe trabajar al mismo tiempo y
con la misma fuerza tanto en resolver recursos como en promover la publicidad
proactiva de la información.
El papel de los
órganos garantes de los estados será fundamental en la medida que aprovechen
esta coyuntura para fortalecerse institucionalmente y homologarse en beneficio
de los ciudadanos.
Pero nada de ello
será realmente posible, si no dotamos de autonomía presupuestal al sistema que
pretendemos construir. Encontrar la mejor formula para la independencia
presupuestal que traerá como consecuencia una independencia operativa real y
sólida será uno de los grandes retos que tendrá que plasmarse en las leyes
secundarias de la materia.
La oportunidad
esta a la vista, y todos los actores, tenemos la posibilidad de aportar, de
manera creativa y transformadora, ideas para construir un sistema nacional de
acceso a la información, que derive en lo que todos los ciudadanos exigen, una
verdadera rendición de cuentas en la función pública.
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